El micrófono adornado con un gran Snoop Dogg escrito con diamantes dio a entender de inmediato, a los casi 12 mil asistentes a la Pista Atlética del Estadio Nacional, que el brillo caería desde el escenario.
La luz de ostentación que proyectó el rapero de California sesgó a todos sus fanáticos chilenos. Seguidores que sin duda se retiraron conformes y más que satisfechos por el show ofrecido la noche del sábado 8 de diciembre. Snoop Dogg, como buen perro, se comió al público nacional, que disfrutó de un espectáculo de calidad y pocas veces visto en mc’s internacionales que hayan visitado nuestro país.
El protegido de Dr. Dre se presentó con una banda completa que lo secundó en el despliegue de sus hits. Temas tan clásicos como Who I am, Gin & Juice y 2 Amerikaz Most Wanted recordaron los tiempos dorados, y no de tanto brillo, del Doggystyle. Mientras que Beautiful, Pimp y The Next Episode marcaron el presente de uno de los mc más representativos de la Costa Oeste.
Incluso, se dio la maña para homenajear y prender el ambiente con la interpretación de Jump Around de House of Pain. Y la invitación a B-Real, de Cypress Hill, para que lo acompañara en el tema Vatos coronó una performance que no tuvo margen para el error, ya que el fraseo y fluidez de D-O Double G se sintió en todo momento.
El desplante escénico y los años de circo de Snoop terminaron de copar la tarima. Sonrisas cómplices, miradas gangsteriles, silencios intimidantes y sutiles movimientos sedujeron y atemorizaron al público. Pese a eso, el miedo y la admiración se plasmó en un espontáneo “Ole, ole, ole, ole… Snoop Dogg, Snoop Dogg” que el rapero cantó al unísono.
La interacción que logró con sus seguidores se intercalaba canción tras canción, como así también, el cansancio que mostraba cuando se sentaba algunos minutos para tomar un poco de aire. Sin embargo, las pausas no hicieron perder la dinámica del show porque el repertorio de temas estaba pensado para bajar y subir las revoluciones de la gente.
No tan loco del coco
Si bien Snoop Dogg era el invitado principal a la fiesta, la presencia de B-Real no podía pasar inadvertida para los raperos que crecieron con Cypress Hill. Un show de alrededor de cuarenta minutos dejó con un sabor amargo a quienes conocen y admiran la música del ex Psycho Realm.
Muchos creían que el mc de Los Ángeles repasaría los éxitos de su grupo. Cosa que no sucedió por completo, ya que B-Real aprovechó la oportunidad de interpretar canciones extraídas de sus trabajos en solitario, Gunslinger I y II, más que a recordar a Cypress. De todas formas, cantó canciones tan representativas como Yo quiero fumar –a coro con todo el público-, Dr. Greenthumb, How I could Just Kill a Man, entre otros. Aunque se extrañó la clásica Insane in the Brain.
Puro Chile
Las presentaciones de los teloneros nacionales sirvieron para amenizar la espera del público. C-Funk partió la jornada con el funk característico de Joya y algunos recuerdos de Los Tetas. Luego Zaturno rapeó canciones de sus discos solistas, en compañía de Sole, y su parte en el tema en que colaboró Cuban Link. El regreso de Rezonancia cerró el show de los mc’s chilenos. Margihuanero, quien también las ofició de animador, volvió a las pistas con el grupo con el que expandió sus horizontes musicales.
De todas formas, lo que quedará en el recuerdo de todos los asistentes será la presencia de Snoop Dogg. Los comentarios del tipo: “no puedo creer que esté tocando en Chile” o “hasta último minuto dude de su presencia” se vieron acallados por la fuerza del directo de Tha Doggfather. Y ojo, que prometió volver.
|